Nacemos con la pureza del amor, siendo ángeles de luz... y en el camino de la vida, nos vamos contaminando de las sombras de lo negativo.
Después fue localizando a los 11 apóstoles, a quienes pintó juntos, dejando pendiente a Judas Iscariote, pues no daba con el modelo adecuado. Este debía ser una persona de edad madura y mostrar en el rostro las huellas de la traición y la avaricia. Por lo que el cuadro quedó inconcluso por largo tiempo, hasta que le hablaron de un terrible criminal que habían apresado.
Fue a verlo y era exactamente el Judas que él quería para terminar su obra, por lo que solicitó al alcalde le permitiera al reo que posara para él. El alcalde conociendo la fama del maestro Da Vinci, aceptó gustoso y llevaron al reo custodiado por 2 guardias y encadenado al estudio del pintor. Durante todo el tiempo el reo no dio muestra de emoción alguna de que había sido elegido para modelo, mostrándose callado y distante. Al final, Da Vinci, satisfecho del resultado, llamó al reo y le mostró la obra. Cuando el reo la vio, sumamente impresionado, cayó de rodillas llorando.
Da Vinci, extrañado, le preguntó el porqué de su actitud, a lo que el preso respondió:
¿Maestro Da Vinci, es que acaso no me recuerda?
Da Vinci observándolo le contesta:
No, nunca antes lo había visto.
Llorando el reo le dijo:
Maestro, yo soy aquel joven que hace 19 años usted escogió para representar a Jesús en este mismo cuadro.
Maestro: la sombra y la luz están presentes en cada uno de nosotros. Somos nosotros quienes elegimos quién nos guía y porque sendero guiamos nuestros pasos y nuestra vida...Hay senderos de paz, amor, honestidad, sinceridad, verdad...Son senderos positivos y de Dios...
También están los senderos negativos que envuelven con su sombra en la maldad, el odio, rencor, mentiras soledades y tristezas, por los cueles nunca hay que andar...
Camina por los sendero Divino para que nunca te abracen las sombras negativas...
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