Un hombre tenía un sembrado de flores estupendas; cada día salían de su cultivo centenares de paquetes a vender a la ciudad con las flores más bellas y fragantes que nadie pudiera conocer.
Este señor año por año ganaba el premio a las flores más grandes y de mejor calidad y como era de esperarse era la admiración de todos en la región; un día se acercó un periodista de un canal de televisión a preguntarle el secreto de su éxito, a lo que el hombre contesto:
Mi éxito se lo debo a que de cada cultivo saco las mejores semillas y las comparto con mis vecinos, para que ellos también las siembren.
Cómo ? respondió el periodista- pero eso es una locura, acaso no teme que sus vecinos se hagan famosos como usted y le quiten su importancia?
El hombre dijo: – Yo lo hago porque al tener ellos buenos sembrados el viento me va a devolver a mi cultivo buenas semillas y la cosecha va a ser mayor; si no lo hiciera así ellos sembrarían semillas de mala calidadque el viento traería a mi cultiva y cruzaría las semillas, haciendo que mis flores sean de mala calidad.
Lo mismo ocurre en nuestra vida.
Lo mismo ocurre en nuestra vida.
Si tienes la oportunidad de vivir bien, debes ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vidase mide por las vidas que toca.
Quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, pues el bienestar de cada uno está unido al bienestar común.
Todo lo que sembramos con amor, bondad, paciencia, humildad y alegría en el futuro cosecharemos felicidad a nuestras vidas.
La humildad tiene un alcance y repercusión extraordinario cuando se le ha sabido cultivar y se ha liberado del orgullo, del ego, y se manifiesta libremente con sus virtudes, conllevándonos a liberarnos de muchas dependencias que se generan cuando no se le ha prestado la atención y cuidado que requiere.
Entre las cosas más simples, más bellas y más efectivas que existen se encuentran los Valores Humanos, esos condicionamientos de actitud moral que se hallan profundamente arraigados en el espíritu del hombre.
Salmos 19:7-11
"La ley de Dios es perfecta,
y nos da nueva vida.
Sus mandatos son dignos de confianza,
pues dan sabiduría a los jóvenes.
Las normas de Dios son rectas
y alegran el corazón.
Sus mandamientos son puros
y nos dan sabiduría.
La palabra de Dios es limpia
y siempre se mantiene firme.
Sus decisiones son al mismo tiempo
verdaderas y justas.
Yo prefiero sus decisiones
más que montones de oro;
me endulzan la vida
más que la miel del panal.
Me sirven de advertencia;
el premio es grande
si uno cumple con ellas.".
Lucas 6:38
"Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes".
No hay comentarios:
Publicar un comentario