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domingo, 31 de octubre de 2010
EL LEGADO DE UN MADRE LAS SEMILLAS EN EL SENDERO DE LA VIDA
Hijo…
Las palabras serán sólo palabras, cuando el viento se las lleva con su impetuosa velocidad, pero yo espero que alguna de ella haya entrado en ti.
Ahora que has crecido, te digo...
Que quizás sin darte cuenta te hemos dado varias semillas, para que te vuelvas un sembrador, espero que no pierdas el interés de sembrarlas, o de mantenerlas contigo.
Te dimos la semilla de la vida, para que aprendas a respetarla, que cuando des vida a algo o a alguien, siéntete siempre orgulloso de ello… no te engañes… ten presente que la vida es valiosa.
Te hemos dado la semilla del crecimiento, para que puedas crecer a tu ritmo y no al ritmo de nosotros o de los demás, crece siempre con orgullo y no te arrepientes de ver de donde vienes y que cuando llegues a donde vas, no olvides el camino que recorriste.
La semilla de la confianza ha sido constantemente dada en tus manos, para que siempre tengas confianza en ti mismo, para que intentes a realizar lo que en tu mente tenga límites, sin temor a fracasar, recuerda, nadie nace aprendido, y cualquiera puede llegar a hacerlo, siempre que haya interés en realizarlo.
Te dimos una semillita de la determinación, es tan pequeña, que suele ser difícil que germine, y que al cosechar suele producir algunas veces pocos o pequeños frutos, inclusive, algunas veces salen malos, pero que eso no sea un motivo para NO seguir hacia adelante, o que te desmotive a alcanzar tus metas, sueños o ilusiones, no temas al fracaso.
La semilla del optimismo no pudo faltar, suele brotar en cualquier terreno, aún en aquellos que fueron arrasados por el fuego, y te ayudará a no desfallecer, porque te da una buena visión, y así no perder de vista la cumbre que quieres alcanzar.
Recuerda que la semilla del entusiasmo viaja contigo, porque todo se debe hacer con alegría, y no temas compartirla, porque ella se puede multiplicar y hacer grandes cosas.
La del humor, ciertamente es buena, más sin embargo, hay que tener campos apropiados para sembrarla, y tiempo para disfrutar de ella, te hemos dado de diferentes tipos, recuerda, no todo es risa, y sin alegría no hay vida.
Sin la sensibilidad no podríamos comprender a los demás, y te la dimos cuando estabas pequeñito, puede ser abundante, o poca la cosecha, eso dependerá de ti, cuan justo quieres y puedes ser, recuerda eso sí, no cometer injusticia.
La honradez no puede faltar, sin ella no podrías crecer, dependerá de ti, fíjate que pretendes hacer con ella.
Con la de sencillez, es un poco delicada, porque depende como se siembre, y que cantidad, pero hay que sembrar, recuerda, ser sencillo no es ser sumiso.
La semilla de la paciencia y la tolerancia se siembran juntas, y se riegan constantemente, no los dejes olvidados, hay que ser exigente, pero con prudencia, no esta demás ayudar a los demás y así te ayudas a ti mismo.
Te hemos dado la semilla de la humildad, te ayudamos a sembrarla, pero para que sea fuerte y grande, es preciso cuidarla, y mantenerla siempre a la vista, para no perder el norte de nuestra vida, y que como humanos podemos fallar, y es preciso reconocerlo, no es bueno saberlo todo, pero si saber de todo, recuerda que sin ella te volverás vano, prepotente, arrogante y todos tus valores y respeto hacia ti mismo no valdrán nada.
La semilla del amor, ni cuenta te distes, cuando ya estaba sembrada, ella te guía tu alma, tu vida, tu espíritu y dicta el camino que tu corazón debe seguir, aunque a veces produce ramas con espinas y frutos amargos, que son tan dolorosos que te hacen sufrir, y pueden herir tu corazón, otras veces te dará frutos sanos, con ramas tan frondosas que te dé abrigo y protección, y que puedes vibrar de la emoción e inclusive llorar, mantenla siempre viva, aunque haya momentos que no desees poseerla.
Una de esperanza no esta demás tenerla, porque los caminos por recorrer son inciertos, y para creer hay que tener esperanza.
Junto a todas estas semillas agrégales a cada una, una de fe, para que nuestro DIOS te acompañe en todo momento y si llegas a sentirte sólo, frótala en tus manos para no desfallecer, recuerda que sin fe no hay esperanza.
Y así... Mientras crece, puede ser que a tu alrededor lleguen más semillas, inclusive de otra especie, piensa cual te puede servir, y puede producir buenos frutos. Recuerda siempre cuan orgulloso estamos de ti, no importa donde estés, con quien estés, ni quien seas, siempre tendrás nuestro amor, siempre serás nuestro hijo querido.
Colaboración de Phecame
Costa Rica.
Etiquetas:
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