No dejes de marchar cuando no hay camino,
deja que tus pies abran el tuyo.
Ni te detengas cuando se haya hecho oscuro,
ilumina tu andar con la luz que hay en ti mismo.
La oscuridad más terrible no es la que te rodea,
sino la que te habita.
Y la luz más bella, no es la que te ilumina desde afuera,
sino la que se asoma en tus ojos desde adentro.
No exijas más luz que la necesaria para ver lo necesario, ni más camino
que para andar esta jornada.
El camino más malo, no es tan malo, si por él vas a tu meta.
Y el camino más bueno,
no es tan bueno, si por él no llegas a tu destino.
No sabrás si hay luz mientras tus ojos no se hayan abierto, ni sabrás si hay camino,
mientras tus pies no hayan andado.
Si arde encendida la lámpara de tu interior, caminarás en la luz en medio de las tinieblas.
Si tu lámpara interior se apaga,
en medio de la luz, caminarás a oscuras.
Tú eres más que el estado de ánimo que casualmente estés experimentando. Eres la persona capaz de controlar ese estado de ánimo. Tú eres más que los pensamientos que estás pensando. Eres quien piensa esos pensamientos, capaz de decidir cuáles serán. Tu humor no queda determinado por nada que suceda fuera de ti, sino y en cambio por cómo decidas interpretar y responder a lo que está sucediendo. Así como puedes decidir qué palabras decir y qué cosas hacer, del mismo modo puedes decidir qué cosas pensar y de qué humor estar. Eres maravillosamente libre de pensar y sentir positivamente, cosas que confirmen la fuerza de la vida, no importa qué otras limitaciones puedan estar reteniéndote. Dedica tan sólo una hora a sentirte energizado y efectivo cuando en otro momento te habrías sentido cansado y abatido, y reconoce por ti mismo la diferencia que ello puede significar. Aunque siempre existen montones de buenísimas razones para sentirse horriblemente mal, hay muchísimas más razones para sentirse maravillosamente bien. Continúa, siéntate derecho, toma una respiración profunda, pon una sonrisa en tu rostro y haz de ti mismo una persona muchísimo más efectiva. Isaías 58:10 "y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía 2 Samuel 22:29 "Tú, Señor, eres mi luz; |
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