Siento que puedo brillar, que puedo creer; porque hay una luz, que ilumina hoy mi rostro. Es una luz esplendorosa, es una luz que irradia; alegría, paz, bienestar, e inspiración. Es la luz... La luz que Dios puso para mí; para que volviera a nacer en mí, el amor, los sueños, la ilusión de un futuro lleno de dicha; de momentos hermosos.
Esa luz me ha quitado, el temor a perderme; me ha devuelto, las ganas de expresar lo que siento, con las más dulces palabras; me ha arrebatado las lágrimas; y me ha dado a cambio, una gigantesca sonrisa. Es una luz que no me permite fracasar, que no me deja entristecer; que está conmigo aunque yo duerma y que me hace, agradecer cada día de mi vida.
A esa luz no la quiero perder, porque sin ella no sería yo, nada más que el polvo en el que fui creado... ¡Qué mágica es esa luz!, que da tanto, sin pedir nada a cambio; solamente que la atesore en mi corazón...Es la luz de Dios que llena el corazón y el alma de paz y amor...
Si estás pasando por momentos difíciles de tristeza, dolor, soledad, enfermedad y no encuentras salida...Mira al cielo y pide a Dios, si tienes fe sentirás paz y consuelo, para tus aflicciones... Deja que el universo te hable. Escucha con atención lo que te rodea. No pases cerca de una flor sin guardar un breve recuerdo de su belleza. Detente, observa, escucha, huele, toca. El mundo es comunicativo y generoso y siempre tiene algo que decirnos....
Dios, tiene grandes bendiciones para el que cree y tiene fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario