Cuando despierto en la mañana, me rodea una frazada caliente, unas almohadas aplastadas, afuera escucho el ruido de mi gente y el olor de la comida recién hecha… Qué más puedo pedir si a estas horas del día ya tengo hasta mucho, es triste pensar que a veces no valoro estas cosas y me olvido de aquellos que quisieran tener un poco de lo mucho que yo tengo.
La vida que tenemos es mucho más de lo que a veces nos damos cuenta, pero estamos llevando nuestras vidas rápidas, tan rápidas que dejamos pasar detalles que las hacen tan grandiosas ¿qué pasa con nosotros? Últimamente nos estamos haciendo una sociedad fría y despiadada, personas egoístas que nos olvidamos incluso de nosotros mismos con tal de buscar aquello que creemos nos dará la felicidad…
Pero nos olvidamos que cuando salimos con los amigos aunque sea a caminar, que cuando vemos películas con la familia, cuando jugamos con niños o cuando hacemos reír a alguien más, nuestro corazón late fuerte y se llena de la felicidad que nada más la puede dar, si bien es cierto hay momentos que Dios regala y no sé compran con nada de dinero y sé disfrutan más que gastando millonadas…
¿Por qué nos estamos haciendo esto?, nos hemos olvidado que las cosas que tenemos son tan valiosas y hay otras personas que teniendo menos disfrutan más de todo que nosotros que tanto nos afanamos… ya es tiempo de hacer algo con nuestras vidas, hay que soñar en grande y buscar hacer algo en la vida pero no es justo que por llegar a eso nos olvidemos que tenemos muchas cosas que valen la pena…
No es justo que olvidemos que hay personas que nos necesitan, hay personas que con una sonrisa que les brindemos pueden cambiar su pensamiento de vida, no es justo que olvidemos lo grande que es Dios al habernos dado todo lo que tenemos y a veces no vemos, ya es tiempo de andar por las calles viendo a los alrededores y dejar a un lado nuestro egoísmo, nuestro fanatismo.
¿Dios nos regala tantas cosas y nos cuesta tanto compartir?
No es necesario dar siempre dinero a veces detenernos a observar, puede hacer que valga la pena de alguien más.
Colaboración de Miriam Barrutia
Pero nos olvidamos que cuando salimos con los amigos aunque sea a caminar, que cuando vemos películas con la familia, cuando jugamos con niños o cuando hacemos reír a alguien más, nuestro corazón late fuerte y se llena de la felicidad que nada más la puede dar, si bien es cierto hay momentos que Dios regala y no sé compran con nada de dinero y sé disfrutan más que gastando millonadas…
¿Por qué nos estamos haciendo esto?, nos hemos olvidado que las cosas que tenemos son tan valiosas y hay otras personas que teniendo menos disfrutan más de todo que nosotros que tanto nos afanamos… ya es tiempo de hacer algo con nuestras vidas, hay que soñar en grande y buscar hacer algo en la vida pero no es justo que por llegar a eso nos olvidemos que tenemos muchas cosas que valen la pena…
No es justo que olvidemos que hay personas que nos necesitan, hay personas que con una sonrisa que les brindemos pueden cambiar su pensamiento de vida, no es justo que olvidemos lo grande que es Dios al habernos dado todo lo que tenemos y a veces no vemos, ya es tiempo de andar por las calles viendo a los alrededores y dejar a un lado nuestro egoísmo, nuestro fanatismo.
¿Dios nos regala tantas cosas y nos cuesta tanto compartir?
No es necesario dar siempre dinero a veces detenernos a observar, puede hacer que valga la pena de alguien más.
Colaboración de Miriam Barrutia
Así que, manda tal buena energía que estos barcos encuentren su puerto seguro y paren de sufrir para siempre. Con amor y paz interiores, podrás ayudar al mundo entero, aún que no salgas de donde estás.
Colosenses 3:15
"Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la
que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed
agradecidos".
"Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la
que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed
agradecidos".
2 Timoteo 1:7
"Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un
espíritu de poder, de amor y de buen juicio".
"Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un
espíritu de poder, de amor y de buen juicio".
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