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domingo, 21 de enero de 2018

ENTRE SILENCIOS TE AMO, TE CUIDO Y TE AMO.


No te inquietes por las dificultades de la

 vida,

por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos

 sombrío.Quieres tú, lo que Dios quiere? Ofrécele en medio de

 inquietudes y dificultades

el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo, acepta los designios

 de Su providencia.
Poco importa que te consideres un fracasado, si Dios te considera
 plenamente realizado a su gusto.

Piérdete confiado, ciegamente en ese Dios que te quiere para Sí,

y que llegará a ti, aunque no lo veas.
Piensa que estás en sus manos, tanto más fuertemente agarrado, cuánto más decaído
y triste te sientas.
Vive feliz, vive en paz, que nada te altere, que nada sea capaz de quitarte tu paz,
ni la fatiga, ni tus fallos.
Haz que brote y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, reflejo de la que
el Señor, continuamente te dirige. Y en el fondo de tu
alma coloca, antes que nada, todo aquello que te llene de la paz de Dios.




Un encuentro casual
unas palabras sin promesas
unos besos sin amor.
La locura de un deseo, un suspiro…
unas caricias exentas de ternura
unos brazos que te envuelven
la mirada a veces fría
...y …luego un adiós.
De tanto recordar tu rostro
mis sentimientos se ahogan
en un mar bravío.
Como el ímpetu que arrastra una ola
desde el mar adentro
y estalla espumosa en la orilla.
Así me siento yo...
Por un suspiro, un aliento
por una suave y rápida caricia
escapadas aquellas horas de alegría
perdida en la quietud de una agonía,
cuajada de llantos y lamentos.


Mirando ya por la noche
la luz de las estrellas,
me parece que brilla ella
y que su susurro se oye...
Creo que es la que más destella
de entre las del horizonte,
y con su luz lo recorre buscando
lo que para ella es de más importe:
busca para ella...¡otra estrella!


¿Qué es el amor?, apasionada me preguntas,
mientras tu rostro enternecido al mío lo juntas.
Caminas lenta, y yo, a mi vez, también camino;
mientras se esparce en la quietud de la campiña,
el dulce canto de un gorrión, que con su trino,
te da respuestas melodiosas, ¡dulce niña!.

El amor, yo te respondo,

es sutil, profundo y grato,
¡pero mira que en el fondo
peca a veces de insensato!.

El amor es en nosotros una entrega,

que al amante corazón perturba y ciega.
Una entrega, y a la vez, una renuncia,
¡una antorcha que ilumina con su luz!,
un lenguaje magistral que nos anuncia
los hermosos sentimientos de Jesús.

El amor nos precipita hacia otra esfera,

nos impulsa con vehemencia siempre a amar;
es la llama inextinguible de una hoguera,
¡cuyo incendio, no se puede nunca ahogar!.




SENTIR

Sentirte quiero
la cascada de tu risa
navegando en mi recuerdo
y la cadena de tus brazos
arropándome en tu pecho.

Sentirte quiero
tu palabra enamorada
acariciando mi lamento;
y la lluvia de tus montes
seduciendo mis silencios.

Sentirte quiero
tus colinas encrespadas
devorando mis desiertos;
y el oasis de ternura
que tejes con el beso.

Sentirte quiero
el alcón de tu mirada
desafiando mis intentos
y el amor de tu capricho
galopando en mis inviernos.

Sentirte quiero
el perfil de tu silueta
esculpiéndose en mi huerto;
y la mujer que se somete
al primer roce de tu fuego.

Sentir no quiero
la agonía que se siente
al sentir que no te tengo...
Estoy escribiéndote palabras al ritmo de mi corazón, palabras que no pueden reflejar tu inmensidad, vacías pero llenas de suspiros....estoy imaginándome tu mirada dulce cierro los ojos y veo tu foto que me muestra ternura te estas palabras de amor y esperanza que matan mi voluntad.

No estés lejos de mí un sólo día, porque cómo,
porque, no sé decírtelo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,
porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.







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